Además de ser comestibles ellos mismos, ciertos insectos también producen sus propias sustancias comestibles para el Hombre. Es el caso de las abejas que producen miel, una sustancia azucarada producida a base de néctar de flores o de miellat. La miel es constada a más del 80 % de glúcidos y reencontramos allí dos azúcares, la fructosa y la glucosa; incluso hasta potasio y otros nutrimientos: ¡es muy rico pues en energía! Él tiene como principios activos y propiedades de facilitar el tránsito intestinal, de ser una fuente alimentaria de antioxidantes (prevención de enfermedades cardiovasculares, ciertos cánceres y ciertas enfermedades neurodégénératives) y de ser un antibactérien, tratando inflamaciones gastro-intestinales.